Situados estratégicamente en el corazón de Cantabria, a un paso de Santander y de las playas de la costa cántabra, los Valles Pasiegos son un destino turístico de calidad y tranquilidad en la naturaleza. Esto es por su paisaje, singular y sorprendente, resultado de la interacción del hombre con la naturaleza durante más de cinco siglos. Y sus pueblos tranquilos, como las tres villas pasiegas, con un estilo de vida pausado y tradicional, testimonio de la historia y cultura pasiegas. Las huellas de su pasado todavía están presentes en sus calles, con sus casonas y palacios, símbolos de un esplendor lejano preservado por sus gentes como legado para el futuro. Es una realidad el disfrute del entorno rural, con rutas, caminos y senderos verdes; paseos culturales, posadas y alojamientos, cabañas pasiegas, cuevas prehistóricas, deportes tradicionales, actividades en naturaleza…. Y una exquisita oferta gastronómica. Otro de los aspectos que dota a la Comarca Pasiega de su gran singularidad es la amabilidad de sus gentes, auténticas y hospitalarias, que reciben al turista con sencillez y amabilidad.
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Sin embargo, en ese marco de homogeneidad sociocultural, cada valle cuenta con su particular idiosincrasia, con rasgos de identidad que lo diferencian de su vecino y lo hacen único en el contexto pasiego.
El modelado físico del territorio o cuestiones ligadas al desarrollo económico más reciente están en la base de esas particularidades de rango más local. El pasiego no es simplemente el habitante de los Valles Pasiegos. Ese gentilicio define en origen una cuestión geográfica (el río del "paso" era la denominación original del Pas, porque en su cabecera la ruta de Lelsa o Aguasal permitía sortear la difícil orografía de la cordillera cuando la nieve dejaba libre los puertos, durante el verano, y comunicaba este sector bravío de Cantabria con las merindades de Castilla). Ahora el término "pasiego" se refiere a un modo de vida, vinculado necesariamente a los quehaceres ganaderos, a la difícil relación entre el hombre y el medio en que asienta su actividad, y a la capacidad de adaptación de aquél para obtener el máximo rendimiento de los recursos, escasos, que la naturaleza ha puesto a su alcance.
La comarca, poblada ya desde el Paleolítico, presenta un fuerte carácter rural, heredado del régimen de organización del espacio impuesto ya por los primeros pobladores medievales, cuya historia es preciso poner en relación, en primera instancia, con una donación realizada en el año 1011 por el conde Don Sancho de Castilla a favor del monasterio burgalés de Oña. Tal privilegio otorgaba el derecho de uso de sesteaderos y pastizales a los ganados del clero, más tarde de la nobleza y de los Monteros de la Guardia Real de Espinosa, en una amplia franja del sector centro oriental de Cantabria entre la cordillera y la marina, donde quedaba incluida la comarca. Fue el factor de arranque del modelo de ocupación pasiego, pues los pastores enviados por Oña pronto optaron por abandonar el nomadismo y establecerse en este territorio, con el único soporte legal de la permisividad de unos vecinos con otros, ocupando las laderas, edificando cabañas-refugio y cerrando para uso individual los antiguos pastizales de uso colectivo.
En el siglo XVII se levantan las primeras iglesias y ermitas en los montes de Pas en torno a las cuales se fueron asentando las comunidades iniciales. Las iglesias de Nuestra Señora de la Vega, San Roque de Riomiera y San Pedro del Romeral aparecen en 1632. Cincuenta años más tarde se independizan y obtienen el estatuto de Villas de Realengo, las llamadas Tres Villas Pasiegas: San Pedro del Romeral, San Roque de Riomiera y Vega de Pas.
El de Viaña es uno de los valles que articulan la hidrografía de cabecera del Pas, al que vierte sus aguas entre los barrios de Candolias y El Burnalón. La zona de cabecera se divide en dos nacederos que reúnen, aquí, en Cubirquio, un fluir común. Al Oeste el Arroyo Tejeda drena las laderas de Uyago y Vidular desde los Coteros de La Marruya y Senante. Al Este y esta será la zona objeto de visita en esta ruta, el Arroyo de Bustalvain desciende desde las laderas de Lamesalcarro y Bustalvain. El interfluvio entre ambas lo supone la Sierra de Vega Redonda, que hace honor a su nombre con una topografía suavemente cóncava, alomada y tendida, en la que se asienta el bosque Marroquín, una de las pequeñas masas de cajigal que perviven en el mundo pasiego.
Informacion adicional
- Número PR-S65
- Tipo de ruta Circular
- Dificultad Baja
- Distancia total y desnivel Distancia: 6,6KM. Desnivel: 219m
- Tiempo estimado de duración 3h.
Rucabao y Aguasal son dos de las recogidas cuencas que drenan el macizo de Valnera para alimentar las aguas del arroyo de Pandillo, cedente al Pas aguas abajo de la Vega. El recorrido entre ambas cuencas permite reconocer valores esenciales del mundo pasiego en uno de los escenarios paisajísticos más emblemáticos de la montaña oriental de Cantabria, la enérgica fachada occidental de Valnera. Entre los rasgos culturales del espacio pasiego llaman la atención aquellos que son propios de la construcción del paisaje humano, tanto en lo que atañe a las grandes líneas de configuración de las laderas en mosaico, como en lo que se refiere al detalle del patrimonio construido representado en bodegos, cabañas, cubillos y cierres en bargareto. El 'río del paso', que así debieron llamarlo en siglos precedentes quienes desde las merindades castellanas pretendían el complejo acceso al Norte de la divisoria entre estas imbricadas cabeceras, ofrece en cada estación del año matices de paisaje diferentes, ligados a la siempre evidente presencia del hombre en estas montañas, que fueron parte esencial de su sustento y de la configuración de su particular identidad cultural.
Informacion adicional
- Número PR-S63
- Tipo de ruta Lineal
- Dificultad Baja
- Distancia total y desnivel Distancia: 7,5 Km. Desnivel de Subida: 730m. Desnivel de Bajada: 690m.
- Tiempo estimado de duración 5h.
Este itinerario circular parte de la plaza de la Vega de Pas, y recorre algunos de los barrios de mayores esencias pasiegas de la cabecera del río Yera y de la cuenca de su afluente principal, el río Aján. Los antiguos senderos peoniles de comunicación entre fincas y cabañales permiten realizar un recorrido cómodo, completamente balizado, que ofrece al visitante la oportunidad de comprobar los valores ecológicos y de paisaje del ENP LIC Río Pas.
Entre esos valores destacan especialmente las formaciones de galería de alisedas y saucedas, o la presencia de especies emblemáticas de nuestros ríos como el desmán ibérico o el cangrejo autóctono. Es frecuente la presencia de anfibios protegidos como el sapillo pintojo ibérico, la rana bermeja o el tritón palmeado.
Informacion adicional
- Número PR S-75
- Tipo de ruta Circular
- Dificultad Baja
- Distancia total y desnivel Distancia: 15.1 Km Desnivel: 307m
- Tiempo estimado de duración 5h.